
Por Fernando Quirós
Una de las cosas más aberrantes que suelen decir los malos políticos es que, si vuelven a ser elegido en unas elecciones, quedan absueltos, por la voluntad popular, de sus errores y de todo lo que han hecho mal (faltas y delitos, inclusive),. Este cuento, por desgracia, tiene muchos seguidores en nuestro país y así nos va.
Algo peligrosamente muy parecido está ocurriendo en la Universidad Complutense, con el intento de algunos de mandar al olvido, de enterrar sin miramientos, todo lo que ocurrió en el proceso electoral para elegir rector. No me canso de decir y de escribir, que el triunfo de Joaquín Goyache es incontestable y que la voluntad de la mayoría de la comunidad universitaria avaló su gestión, o le prefirió a la otra candidata, por razones muy diversas. Pero también he dicho en este blog, que los organismos internos que competentes, deben abrir la correspondiente investigación, incoando expedientes, (si de ella se deriva que hay indicios de falta o de delito) o exonerando a las personas aludidas a fin de restaurar su buen nombre, como complutenses y como ciudadanos. Entonces SI, Joaquín Goyache será el rector de todos nosotros, no sólo por haber ganado unas elecciones de forma clara, sino porque, sin reservas, todos le sentiríamos y le apreciaríamos como tal.
No parece que sea este el camino elegido. En la última sesión del Claustro Universitario este asunto no se incluyó en el informe del rector, y debería haberse hecho, porque, como dijo el ex vicerrector Juan Antonio Tejada, en el turno de ruegos y preguntas, “esto no puede quedar así”. Dejo aquí el clip con su intervención y la respuesta del rector. (Aviso para torquemadas: se emitió en UCMDirecto y es de acceso libre).
Tejada se refirió a dos de los graves incidentes que se produjeron durante el proceso electoral, a saber: 1) el presunto uso de su correo oficial como profesor de la UCM, por un decano pidiendo el voto a sus alumnos para Goyache y 2) el reparto de papeletas con su nombre, llevado a cabo por un alumno de nuestra universidad, en la mismísima jornada electoral. El correo ha circulado por las redes sociales y los medios de comunicación se hicieron eco, ampliamente, de la intervención de la policía que identificó al alumno y a sus acompañantes (varios asesores del alcalde de Madrid, todos ellos militantes del Partido popular) y les intervino sobres con la papeleta de nuestro rector.
La respuesta de Goyache, (rápidamente apuntalada por la, en ese momento, secretaria general, Araceli Manjón), fue referirse solamente al asunto de los incidentes ocurridos el día de la jornada de votación fuera de los colegios electorales, lavándose las manos. Es decir: la identificación por la policía del alumno complutense Ignacio Dancausa, junto a varios asesores del Ayuntamiento de Madrid, y la incautación de sobres con papeletas de Goyache.
Sobre este asunto, Araceli Manjón expuso que:
- Los incidentes se produjeron lejos de las ochenta mesas electorales, ninguna de las cuales comunicó a la Junta Electoral que se hubieran producido incidentes.
- No se ha presentado ninguna denuncia sobre los incidentes protagonizados por Dancausa y otros militantes del Partido Popular, reduciéndose el asunto a “comunicaciones, que no denuncias”, vía e-mail y telefónica, por parte del apoderado de la candidata Esther del Campo.
- Al haber intervenido la policía entra en liza el principio de prejudicialidad y, por ello, la secretaria general estaba obligada a abstenerse.
Impecable. Pero a mí me queda rondando la pregunta de si la prejudicialidad impide también que se abra una información reservada, que no presupone la incoación de ningún expediente y, sí de ella se derivase que hay motivos para incoar un expediente disciplinario, abstenerse a la espera de que la instancia superior resuelva. Me pregunto, también, si la UCM, al conocer de la intervención de la policía, puede interesarse o personarse ante ella. En cualquier caso ¿puede la UCM saber en qué estado se encuentran las diligencias policiales, si se han archivado o elevado al juzgado o a la fiscalía?
En otras palabras, dicho a la pata de la llana, la respuesta fue: “a mí no me diga nada que esto es cosa de la policía, ante la que debo abstenerme y, si , encima, usted no ha formalizado una denuncia, pues a callar”. Lamentablemente, la secretaria general tenía razón. Entonces, lo que hay que pedirle a Esther del Campo es que formalicen la denuncia sobre este asunto y sobre otros, como la pegada de carteles en la mañana de la jornada electoral, no ya ante la Inspección de Servicios de la UCM, sino también, ante la instancia judicial correspondiente. La UCM tiene que abstenerse como institución, pero la candidata no.
Pero, lo más sangrante es que, al responder solamente a esto, se esquivó el otro incidente mencionado por Tejada, sobre los que la Universidad Complutense no tiene que abstenerse por existir prejudicialidad (no ha intervenido la policía ni la fiscalía, ni los jueces) y podría muy bien haberse actuado de oficio. Resulta que un decano escribió a sus alumnos utilizando su correo profesional, como profesor de la Complutense, pidiendo el voto para Joaquín Goyache.
Sostengo que este incidente es aún más grave que los protagonizados por el alumno (que de ser sancionado por las instancias jurisdiccionales correspondientes debería ser expulsado) porque si una autoridad académica puede (y sigo el razonamiento de profesor Tejada), pedir impunemente, utilizando su correo de profesor complutense, el voto para un candidato a rector, entonces es lícito preguntarse si, en cualquier proceso electoral que se abra en la UCM, los profesores pueden escribir a sus alumnos para orientar su voto y, burla burlando, hacerlo también durante las clases que imparte y, todavía más, “pastorear a sus alumnos” (la expresión es de Tejada) hasta las urnas, asegurando sus votos para el candidato, de su preferencia. Es obvio que esto no puede hacerse y la mejor manera de evitarlo es cortarlo desde ahora de raíz. Y otro tanto ocurre si es un decano el que, presuntamente, ha pedido el voto a los profesores de su facultad. De ser así, debemos concluir que es indigno del cargo que ostenta.
El correo de marras, presuntamente enviado por un decano decía:

Goyache y Manjón zanjaron el tema abierto por Tejada, diciendo “vamos a dejarlo”. Pues NO, no hay que dejarlo y aquí hay que hacer una doble exigencia al rector para que investigue de una vez todos los incidentes, porque su victoria no le legitima para silenciarlos, y a Esther del Campo, para que presente, también de una vez, las denuncias correspondientes (porque representa al 42 por 100 de los electores). Por higiene democrática, por el prestigio de la Complutense, tienen la obligación moral de no dejar pasar estos gravísimos incidentes. Estoy con Tejada: Esto no puede quedar así.
Todavía más: hay otro grave incidente del que Tejada no habló. El diario “El País”, publicó una información firmada por Elisa Silió, en el identificaba con nombre y apellidos a una ato cargo, de la máxima confianza de Joaquín Goyache, en el que se habla de una grabación de audio que, presuntamente, implica esta persona en prácticas nada legales. La alto cargo lo negó al periódico. Pero eso tiene una aclaración muy fácil. Aclárelo la interesada. Aclárelo quién la nombró.

Replica a Universidad Complutense – BLOG DE FERNANDO QUIRÓS Cancelar la respuesta