CIENCIAS DE LA INFORMACIÓN: El fracaso del decano en la reforma del Plan de Estudios (I)

Por Fernando Quirós

En CRITICOM, voy publicar una serie de entradas, que recogen mis reflexiones sobre este asunto, basadas en mi larga trayectoria académica en la Facultad de Ciencias de la Información y en mi experiencia personal como integrante de la Subcomisión para la reforma de los grados, la Comisión de Estudios de la facultad y la Junta de Facultad, entre 2018 y 2022, porque en esos años he sido el director del Departamento de Periodismo y Nuevos Medios y he vivido en primera fila este sindiós del proyecto de un Nuevo Mapa de Titulaciones.

¿Una Facultad de Trivialidad Comparada?

Cuando asistí a mi primera reunión en la Subcomisión para la reforma de los grados, a primeros de 2018, mi primera sensación fue la de que aquello se parecía mucho a lo que Umberto Eco narra en su novela El Péndulo de Foucault, donde se proyectaba: “(…) Una reforma del saber. Una Facultad de Trivialidad Comparada, donde se estudien asignaturas inútiles o imposibles. La facultad tiende a reproducir estudiosos capaces de aumentar al infinito el número de temas triviales. No me resisto a reproducir (columna a la derecha), el diálogo entre Belbo y Diotallevi. Es muy ilustrativo de lo que allí ocurría y seguiría ocurriendo a lo largo de cuatro años. Las negritas son mías.

EL PROYECTO

El actual decano de la Facultad de Ciencias de la Información, D. Jorge Clemente Mediavilla,  se presentó a las elecciones de 2017 con un proyecto que él mismo calificó como su proyecto estrella, al que denominó pomposamente Nuevo Mapa de Titulaciones que comprendería, los tres grados existentes (Periodismo, Comunicación Audiovisual y Publicidad y Relaciones Públicas), al que se añadiría un nuevo grado marcadamente tecnológico y cuya denominación inicial fue la de Grado en Comunicación y Medios Digitales; trece másteres oficiales (cuatro de nueva creación) y dos programas de doctorado.

El proyecto debería ser aprobado y elevado a la UCM y a la ANECA en bloque, completo. No cabía la posibilidad de ir elevando a los organismos superiores competentes, aquellas titulaciones sobre las que se lograse un acuerdo y dejar para un momento posterior aquellas en que no fuese posible. Todo o nada. Era su proyecto y además, nos tocaba aceptarlo, al modo del niño caprichoso que, como es el dueño de la pelota, se la lleva a casa si no le dejan ganar.

 Se crearon múltiples comisiones y subcomisiones, en teoría, para que toda la facultad participase de tan magna reforma. Pero, al final acabó siendo cierta la sentencia que se atribuye a Napoleón: “si quieres que algo no funcione, crea una comisión”.

A lo largo de todos estos años, se han elaborado dos borradores distintos del proyecto de marras y, en ambos casos, la contestación por parte de los departamentos, las secciones departamentales y las unidades docentes ha sido clamorosa.

Estamos en 2023 y la reforma integral de las enseñanzas de la facultad está embarrancada, por múltiples razones, de las que la principal es que el famoso proyecto estrella no tiene ni pies ni cabeza y es profundamente acientífico. Y, además, es un proyecto que se ha pretendido imponer de forma cerrada y desde arriba.

Para colmo, ahora, el Real Decreto 822/2021, ha obligado el Sr. Decano y a su equipo a reconocer, con la boca muy pequeñita, su fracaso y a realizar las reformas que este decreto exige para 2024 y 2025, mediante un modifica, por usar términos anequianos, de los planes en vigor, aparcando el famoso Nuevo Mapa de Titulaciones. ¡Casi siete años después! Aun así, el decano dice que, mientras se reforman los planes existentes de acuerdo con el Real Decreto, su proyecto solo está aparcado. Y su mandato termina en la primavera de 2025, sin posibilidad de reelección.

[….]—¿Y cuántos departamentos hay?

—Por ahora cuatro, pero ya podrían contener todo lo cognoscible. El departamento de Tripodología Felina tiene una función propedéutica, tiende a desarrollar el sentido de lo trivial. Un departamento importante es el de Adynata o Impossibilia. Por ejemplo, Urbanística Gitana e Hípica Azteca... La esencia de esta disciplina consiste en comprender las razones profundas de su trivialidad, y en el departamento de Adynata también de su imposibilidad. Allí están, pues, la Morfemática del Morse, la Historia de la Agricultura Antártica, la Historia de la Pintura en la Isla de Pascua, la Literatura Sumeria Contemporánea, los Fundamentos de Examenología Montessoriana, la Filatelia Asiriobabilónica, la Tecnología de la Rueda en los Imperios Precolombinos, la Iconología Braille, la Fonética del Cine Mudo

—¿Qué me dice de la Psicología de las Masas en el Sáhara?

—Está bien —dijo Belbo. —Está bien —dijo Diotallevi con convicción—. Tendría que colaborar. Este joven tiene buena madera, ¿verdad, Jacopo?

—Sí, me di cuenta enseguida. Anoche elaboró razonamientos estúpidos con mucho ingenio. Pero prosigamos, puesto que el proyecto le interesa. ¿Qué hemos incluido en el departamento de Oximórica, que no encuentro la ficha?

Diotallevi extrajo un papelito de bolsillo y me miró con sentenciosa simpatía:

—En la Oximórica, como su mismo nombre indica, lo importante es el carácter autocontradictorio de la disciplina. Por eso estimo que la Urbanística Gitana tendría que incluirse en ella...

—No —dijo Belbo—, sólo si se llamara Urbanística Nómada. Los Adynata se refieren a una imposibilidad empírica, mientras que la Oximórica abarca la contradicción en los términos.  —Ya veremos. Pero ¿qué hemos incluido en la Oximórica? Pues las Instituciones de Revolución, la Dinámica Parmenídea, la Estática Heraclítea, la Sibarítica Espartana, los Fundamentos de Oligarquía Popular, la Historia de las Tradiciones Innovadoras, la Dialéctica Tautológica, la Erística Booleana...

LA AGENDA OCULTA: REDUCIR PERIODISMO A LA MITAD/REDUCIR AL MÍNIMO LO “NO ESPECÍFICO”

La reforma de los departamentos de la Complutense que, en 2017, llevó a cabo el rector Andradas supuso, en Ciencias de la Información, la reducción de los cuatro departamentos de Periodismo existentes a dos, y permitió el cambio de nombre de los dos de Comunicación Audiovisual y Publicidad y RR.PP, que pasaron a denominarse “Teorías y Análisis de la Comunicación” y “Ciencias de la Comunicación Aplicada”. Resulta increíble, pero así lo aprobó la Junta de Facultad y así lo aprobó el Consejo de Gobierno de la UCM. Este cambio va más allá de un simple renombre. Indica, en detrimento de Periodismo, que el acercamiento científico al campo de la comunicación teórica o aplicada es cosa exclusiva de estos departamentos. Como los lectores descubrirán a lo largo de esta serie de entradas de CRITICOM, el proyecto del Nuevo Mapa de Titulaciones, tenía, al menos en su primera redacción, el objetivo de reducir el peso de Periodismo en la Facultad (es el grado con mayor número de alumnos, con mucha diferencia). Prueba de ello es que desde la cúpula dirigente empezó a manejarse la posibilidad de cambiar el nombre al centro, que debería pasar a llamarse Ciencias de la Comunicación. Al tiempo, el proyecto del Grado en Comunicación y Medios Digitales, podría suponer que Periodismo fuese fagocitado, máxime si se tiene en cuenta que ese nuevo grado debería compartirse con los otros dos departamentos. No por casualidad, los ideólogos del proyecto, con Jorge Clemente a la cabeza, hablaron, sin tapujos, de la necesidad de reducir los grupos docentes de Periodismo, a la mitad (de 8 a 4), apoyándose en una supuesta caída sostenida en el grado de satisfacción de los alumnos y en la demanda de matriculación.

Al mismo tiempo, comenzó a hablarse, también, de que el peso de las secciones departamentales y unidades docentes en el plan de estudios era excesivo y que, por no ser sus materias específicas de Ciencias de la Información, deberían reducirse a los mínimos marcados por la ley para las asignaturas de humanidades y de otras ciencias sociales. En otras palabras: reducir Periodismo y hacer una limpieza de materias no específicas, porque, aunque históricamente se vinieran impartiendo en la facultad desde su fundación, “no eran de la casa”.

Con esos mimbres se pretendía iniciar el proceso de reforma. La consecuencia fue el plante de los departamentos de Periodismo, a primeros de 2018, y las enérgicas protestas de las secciones departamentales y unidades docentes que, además fueron excluidas de todas las subcomisiones creadas para la reforma.

EL PRINCIPIO RECTOR

En la Subcomisión de grados, a propósito de a qué departamento debería asignarse una asignatura, escuché de labios del decano esta aporía, “Comunicación es propio de los Grados en Comunicación Audiovisual y Publicidad y Relaciones Públicas, mientras que Información, lo es del Grado en Periodismo (sic)”. Quedé estupefacto. Acababa de descubrir el hilo conductor, él principio rector, del ideólogo de esta reforma de las estudios de mi facultad. Indignado, respondí: «NO, la Información es el proceso y la Comunicación el resultado. Ese criterio no es científico”. El decano, impasible, continuó dirigiendo la reunión, sin darse por enterado.

UN PLAN DE ENSEÑANZAS ACRÍTICAS, DISEÑADO PARA SERVIR AL MUNDO EMPRESARIAL

Los objetivos del mapa de titulaciones, según el primer documento de trabajo, que es público, eran: mayor acercamiento a la realidad profesional, sin abandonar los principios que deben definir la enseñanza universitaria: fundamentos teóricos sólidos, actitud crítica y autocrítica y universalidad. Pero, oído el decano, era fácil suponer que el objetivo principal era articular una oferta de titulaciones de acuerdo, sobre todo con las empresas. Es decir: formar promociones técnicamente hábiles, pero sin importar mucho la esencia de lo que debe ser una enseñanza universitaria de calidad. Desde luego, visto el pensamiento del decano, compartido por su equipo y por sectores no depreciables de la facultad (encantados con el proyecto), formar comunicadores para la libertad, era poco menos que inútil, por ideológico. Era el mes de abril de 2018 y, a pesar de la pobreza intelectual y académica del principio rector que acababa de descubrir, tuve la certeza de que había que seguir trabajando en la Subcomisión y tratar de salvar lo que fuera salvable, con la vaga esperanza de que en la Comisión de Estudios y/o en la Junta de Facultad, tamaña barbaridad, fuese desestimada.

Continuará…..

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