ELECCIONES (XVII). Goyache y la politización de la Complutense. Lecturas comparadas.

Por Fernando Quirós

Dice Noam Chomsky (atención “apolíticos goyachistas” a este peligroso anarquista nonagenario) que en las democracias liberales existen dos tipos principales de ciudadanos: la élite ilustrada, que es la que tiene el poder de tomar decisiones gracias a su control económico del sistema, y el rebaño desconcertado, del que se espera que pazca tranquilamente en los prados, sin ocuparse ni preocuparse de nada más. Cada cierto tiempo, este rebaño es conducido al abrevadero (a las elecciones) para que calme su sed y luego se le devuelve a la pradera para que siga paciendo sin molestar. Pero, si el rebaño, de pronto, brama y amenaza estampida, entonces, la élite utiliza los medios de comunicación para restaurar el consenso pro statu quo. Esta es la base de su modelo de propaganda.

Alguno de sus asesores en comunicación ha debido explicarle mal a Goyache esta tesis de Chomsky y, como el rebaño complutense se puso a bramar el día 24 de febrero de 2023, ante la distinción como alumna ilustre de la presidenta de la Comunidad de Madrid, el candidato-rector, llamo a los medios de comunicación más casposos y se puso a hacer declaraciones y conceder entrevistas, para tranquilizar al rebaño. Todas se resumen en “que vienen los rojos”.

La última de estas actuaciones propagandísticas ha sido una entrevista en 20minutos, donde Goyache ha vuelto a cargar contra lo que él llama politización de la universidad (cosa en la que coincide con los casposos Jiménez Losantos, Carlos Herrera, Toni Cantó; con la 13TV-Poder Clerical, con la Telemadrid-TeleAyuso, con la La Razón-de la sinrazón….). Se ha despachado también contra la LOSU, sin reparar en que el primer efecto dañino de esta ley, podría ser que Don Joaquín, estuviese diez años de rector, en vez de ocho, que es lo que se permitía hasta ahora. ¡CLARO!, después de la paliza del último debate electoral había que tomar medidas mediáticas urgentes.

Hoy quiero proponerles la lectura comparada de esta última entrevista (columna de la izquierda), con el artículo que han escrito en Infolibre, Carolina Bescansa y Ariel Jérez (columna de la derecha). Saquen ustedes sus propias conclusiones. Les dejo con ellas, no sin advertirles que Bescansa y Jérez, son reputados profesores de ciencia política de nuestra universidad (cuidado apolíticos goyachistas, que los dos fueron fundadores de Podemos). Y….¿por qué será que tengo la sensación de que la entrevista de 20minutos se ha echo con un cuestionario previo enviado por el entrevistado, previamente a la concesión de la periodística cita en el despacho oficial?

Al final de las columnas, encontrarán una nueva comparación entre lo que el candidato-rector, dice las pintadas de la facultad de Ciencias Políticas y Sociología y el video que han publicado en Instagram, los “Estudiantes x Esther del Campo”.

Joaquín Goyache: «No quiero que las ideologías, que suelen ser extremas, invadan los espacios de la Universidad»

CHRISTIAN MORATA  NOTICIA17.03.2023 – 06:42H

“El rector de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), Joaquín Goyache, recibe a 20minutos para hablar sobre su candidatura a las elecciones al rectorado de dicha facultad (sic), que se celebrarán el próximo 21 de marzo. También da su opinión sobre la polémica con el nombramiento de la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, como ‘alumna ilustre’, la Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU) y otras cuestiones sobre el estado de la educación en España”. 

Tras cumplir un mandato como rector, ¿le queda algo pendiente? Con una universidad tan grande, tan importante y que mueve tanto como la Complutense, queda muchísimo por hacer. Después de cuatro años quedan muchos proyectos que se han visto retrasados en su inicio debido a los dos años de pandemia. Hemos estado muy centrados en salvar lo que es la Universidad del impacto de la de la Covid-19 por lo quedan muchísimas en las que hay que profundizar,

¿Cuáles son las líneas básicas de su programa? La línea es continuar con lo que ya he hecho, de centrarnos en los tres grandes grupos de complutenses. El primero sería el profesorado, pidiendo personal docente investigador. El segundo, el personal de administración y servicios, centrados en mejorar y rejuvenecer las dos plantillas. Y en tercer lugar, el estudiantado, logrando que ningún estudiante deje sus estudios por causas psicosociológicas o económicas. En definitiva, ayudar a que todo el mundo progrese en su vida profesional y académica.

¿Qué medidas hay para incentivar a esos jóvenes a que no dejen la Universidad? Hemos hecho algunos programas de acompañamiento y ayuda económica. Nosotros hemos triplicado el número de ayudas para estudiantes, aunque es verdad que también la Comunidad de Madrid ha triplicado su parte. Gracias a esto, aproximadamente, el 30% de nuestros estudiantes reciben algún tipo de ayuda, bien porque sean estudiantes, refugiados estudiantes o con problemas económicos sobrevenidos y un largo etcétera de diversas causas. El esfuerzo e inversión que hemos realizado ha sido muy grande para que nadie se quede sin sus estudios.

¿Cuáles son los tres motivos por los que habría que votarle a usted y no a otro candidato? Primero, porque tengo experiencia la experiencia de ser el único de los candidatos que ha sido rector. Yo fui elegido como tal en una época muy compleja y muy dura. A los 8 meses de incorporarme, llegó el confinamiento y cambiamos, de una Universidad presencial, a una de enseñanza en remoto, y por supuesto de emergencia. Con ayuda de todos y de todas, logramos sacar la Universidad adelante. Dos, porque tengo una ilusión tremenda para afrontar los nuevos retos que van a venir y, gracias a mi experiencia, no vamos a partir de cero para adaptarnos a las nuevas exigencias de la Ley Orgánica del Sistema Universitario, la LOSU. Y por último, porque soy Complutense hasta la médula. Yo estudié aquí, me formé aquí y he hecho toda mi carrera académica investigadora aquí, salvo el postdoctoral de un año que hice en Estados Unidos. Quiero devolverle a esta Universidad todo lo que me ha dado en la personal, que ha sido mucho, y en lo profesional.

Si es reelegido como rector, ¿defenderá que una universidad como la Complutense se posicione políticamente? A mí no me gustan los posicionamientos políticos. La gente se confunde cuando hablo de que no quiero que la facultad se politice. Yo no digo que no se hagan debates e investigaciones políticas, tenemos una magnífica y extraordinaria Facultad de Ciencias políticas y sociología donde se investiga sobre política, pero lo que yo no quiero es que las ideologías que, suelen ser además extremas, invadan u ocupen los espacios de la Universidad. Este es un lugar de libertad, de expresión, de debate, de confrontación dialéctica y científica. Y eso, por supuesto, es más que deseable, pero desde luego no va a ser un campo de batalla de ideologías.

Usted decidió darle el galardón de ‘alumna ilustre’ a Isabel Díaz Ayuso, ¿cuál fue el motivo? Fue una exalumna de la Facultad de las Ciencias de la Información, y ahora es presidenta de una de las comunidades autónomas más importante de España. Por lo que considero que es un mérito, más que suficiente, para reconocerla por un cargo político, no es un reconocimiento ni académico ni científico, tampoco fue un acto de reconocimiento profesional como periodista. Ahora bien, yo ya me he comprometido a reestudiar y revaluar el programa ‘Alumni’, que nosotros pusimos en marcha, para decidir si seguimos dando estos premios a políticos que estén en activo.

¿Cómo vivió usted lo ocurrido? Fue muy desagradable. Tuve miedo por la seguridad de las personas y, por supuesto, por el de la presidenta. No es bueno que en una Universidad como la Complutense se falte al respeto y se insulte. Se puede protestar de muchas maneras, pero sin insultar y sin empujar. Cuando se utilizan términos de cucaracha fascista, o relacionados con el comunismo o nazismo, estamos llegando a un nivel que no se puede tolerar. Hay formas respetuosas de protestar y que serían más lógicas.

¿Considera que esto le puede costar la reelección el próximo 21 de marzo? Claro, no hay nada neutro. Yo fui elegido con el apoyo de tanto de personas conservadoras como progresistas, y hay personas que no les ha gustado de ambos sectores. Entonces sí puede influir, espero que lo menos posible, pero tengo claro que la gente no olvidas estos acontecimientos.

¿Considera que la nueva de Ley de Universidades puede complicar la vida de los estudiantes, en lugar de mejorarla? No solo de los estudiantes en particular, sino de todos en general. Es una Ley Orgánica que nos obliga en dos años cambiar nuestros estatutos, redefinir la Universidad en todos sus términos, afrontar las nuevas figuras del profesorado, estabilizar a profesores asociados o cambiar los principales reglamentos. Eso va a suponer un esfuerzo terrible en una Facultad como esta. Va a ser un periodo muy demandante, pero si se logra alcanzar ese 1% del PIB para nosotros sería fabuloso.

¿Y si no se consigue ese 1%? Pues no habrá servido para nada. No quiero ser muy negativo, pero los rectores estamos bastante en contra de esta ley. Empezó muy bien, con un borrador muy interesante, pero los partidos políticos han ido enturbiando e introduciendo modificaciones que van a dificultar mucho que las universidades sean mejor.

¿Cómo definiría la LOSE? Es innecesaria, ineficaz y superflua. Siempre y cuando no consigamos ese 1%, porque con dinero se pueden hacer muchas cosas. Pero es verdad que si no obtenemos ese porcentaje el cambiar por cambiar, no se entiende.

Hay un 8% menos de profesores titulares. ¿Por qué? Porque los hemos promocionado a catedráticos, eso es bueno. No estaban acreditados y han podido subir en su escala. Ahora hemos hecho una inversión muy fuerte en ayudantes, doctores, profesores… y a medida que se vayan incrementando darán el paso a profesor titular. Esperemos que, en no mucho tiempo, lleguen a catedrático de Universidad.

Compite con cuatro mujeres por el rectorado, ¿qué opinión tiene? Es estupendo. Me dicen muchas veces que hay mujeres dirigiendo muchas universidades, pero que en la Complutense nunca ha habido una rectora. A esto siempre contesto que ni siquiera ha habido una candidata y eso es terrible en una institución pública. Yo aprecio muchísimo a las cuatro candidatas y estoy convencido de que serían muy buenas gestoras.

Elecciones en la Complutense: Goyache, Ayuso y otras gentes apolíticas

PLAZA PÚBLICA. 14 de marzo de 2023 21:42h. Carolina Bescansa y Ariel Jerez

A lo largo de las últimas semanas Joaquín Goyache, todavía rector de la Universidad Complutense y ahora candidato en el proceso electoral complutense, ha desplegado una intensa campaña repleta de acompañantes, azafatas, gorras y otros regalos propios de cualquier séquito que se precie. Se trata de continuar, en fondo y forma, con la difusión de una idea fuerza repetida por el candidato desde hace meses. Seguro que les suena: “La universidad está politizada, ¿Quién la despolitizará? El despolitizador que la despolitice, un buen despolitizador será”. A través de crujientes titulares distribuidos generosamente entre los medios del ambiente (La Razón, El Mundo, Telemadrid, El Debate, OK Diario), el apolítico Goyache acusa a la recién aprobada Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU) de promover la politización o señala las protestas y pintadas estudiantiles como expresiones de radicales politizados que atentan contra la vida universitaria.

Dediquemos un momento a analizar el trasfondo de las palabras del aún rector complutense. En español, el término politización entraña una polisemia casi antinómica. La transferencia de contenido o carácter político puede interpretarse como fuera de lugar y, por consiguiente, negativa –por ejemplo, “no se debe politizar el Poder Judicial”–. O, por el contrario, también es susceptible de ser interpretada como positiva, como un proceso capaz de inculcar el sentido de la política o el compromiso con temas políticos –por ejemplo, “es necesario que los jóvenes se politicen para exigir medidas contra la emergencia climática”–. A menudo se alimenta de manera consciente o inconsciente la identificación entre politización y partidización. La errónea equiparación entre política y partidos termina por lastrar a la ya sobrecargada política que, como Sísifo, además de acarrear sus propias mochilas, se ve forzada a transportar también las de los maltrechos partidos políticos.

Pero le pese a quien le pese, desde el punto de la teoría de la democracia, todas las líneas de trabajo contemporáneas consideran los procesos de politización como vectores imprescindibles para la consolidación de la democracia y el robustecimiento del Estado de Derecho. En Occidente, la politización de las sociedades constituyó un factor clave en democratización de los regímenes políticos, facilitando la transición desde el Estado absolutista, dinástico y privatizado por linajes familiares oligárquicos, al Estado nacional y social y de derecho del constitucionalismo contemporáneo. Desde el derecho de voto y la representación parlamentaria hasta al derecho a la educación y a la salud, fueron resultados de dinámicas de politización efectiva de diversos sectores sociales que, en estos mismos procesos, se convertían y eran reconocidos como ciudadanos.

En el sentido contrario, han sido las dictaduras modernas antiilustradas las que se reclaman como “despolitizadoras”, capaces de eliminar los conflictos de interpretación y de definir tanto las necesidades como las esencias de la comunidad nacional, siempre con enormes dosis de violencia y costes trágicos. Franco sintetizó como nadie el sentido de la “despolitización” falangista: “Usted haga como yo: no se meta en política”. Hoy de nuevo podemos ver cómo las estrategias de la derecha reaccionaria aprovechan la incertidumbre del electorado ante los graves problemas a resolver en un contexto de creciente crisis para azuzar políticas de odio y confrontación como la protagonizada por la Plataforma 711 (para la Reconquista Cultural, en una onírica propuesta de actualización del pensamiento cruzado). En la universidad, sus representantes se dedican a denunciar las ideologías, que siempre son malas y las tienen otros, aunque no participan en los debates teóricos ni mucho menos en los cívicos y políticos que preocupan a la inmensa mayoría de estudiantes y profesoras. Y practican un activo negacionismo histórico, climático, moral e incluso sanitario, sin duda anticientífico.

En este contexto cultural y académico, el candidato Goyache ha planteado en los medios que le son afines la “despolitización de la universidad” como uno de los ejes centrales de su campaña. ¿Cómo? Suponemos que continuando con las iniciativas “despolitizadoras” que ha adoptado en los últimos meses. A saber: nombrar a Isabel Díaz Ayuso alumna ilustre de nuestra Universidad. Sí. Isabel Díaz Ayuso. La misma que además de asfixiar presupuestariamente a la Complutense, lidera las posiciones del negacionismo climático en la opinión pública madrileña. Pero la despolitización goyachista no termina aquí. El equipo del todavía rector parece haber maniobrado con los medios de comunicación de su entorno ideológico filtrando datos sobre concursos, plazos y resoluciones con la intención de desacreditar a la decana Esther del Campo, actual candidata a ser la primera mujer rectora de esta Universidad y principal rival de Goyache en estas elecciones. Otra de las prácticas desplegadas por Goyache para contrarrestar la “politización de la Universidad” parece ser la resolución con total opacidad de concursos y promociones internas, como se hizo patente en el último Consejo de Gobierno en el que recibió duras críticas de los sectores sindicales y buena parte de los cuerpos representados en el órgano. Y para no dejar de prodigar su apoliticismo, puso cuantos palos encontró en la ruedas que están impulsando en el Campus de Somosaguas la instalación de tejados fotovoltaicos gestionados bajo la forma comunidad local de energía, tal y como se recomienda desde el Instituto de Desarrollo y Ahorro Energético (IDEA-MITECO) y la propia Unión Europea, una oportunidad excelente para contar con estas instalaciones en forma de un laboratorio interdisciplinar para la transición energética y la economía social cooperativa.

Como no podía ser de otra manera, Goyache ha hecho política en su mandato. Y vaya si la ha hecho. Pero con un tipo concreto de política: esa que te dice que no te signifiques, que en el fondo promueve la insignificancia como marca de la institución. Sin embargo, el compromiso con una comunidad plural y compleja como es la Complutense, en una coyuntura de grandes transformaciones como la que atravesamos, necesita un liderazgo significativo. Un liderazgo creativo y estratégico con mirada larga. Una nueva rectora y un nuevo equipo que no tengan miedo a imaginar una universidad más fuerte, más desplegada en nuestra sociedad y en nuestro tejido productivo, más cooperativa, con más coordinación interna, con más personal de apoyo, con más investigadoras, con más estudiantes, más sostenible, con más transparencia, más consciente de su propia historia, más sensible y con más capacidad de transferencia hacia la sociedad de la que formamos parte. El próximo martes 21 de marzo veremos si los distintos cuerpos electorales (profesorado permanente, profesorado contratado, estudiantes y personal de administración y servicios) deciden seguir la ruta apolítica de la insignificancia. O, por el contrario, van a las urnas masivamente y “se significan” en un cambio que a todas luces nuestra comunidad complutense necesita realizar para afrontar un ciclo con importantes retos y oportunidades. 

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