ELECCIONES (XV). Último debate: Del Campo y Pérez Gil abaten a Goyache.

Por Fernando Quirós

Ayer, 15 de marzo de 2023 se celebró en la Facultad de Ciencias de la Información el último debate electoral de la primera vuelta de las elecciones a rector o rectora de la UCM. Moderado por la periodista Marta González Novo, de la Cadena SER, esta vez si que estuvo bien planificado y pactado por los equipos de campaña y eso permitió un juego de exposiciones y réplicas bastante dinámico.

Decíamos aquí mismo, ayer, qué es muy difícil saber quién ha ganado un debate electoral, máxime si es con cuatro candidatas y cuatro candidatos. Pero del de ayer se puede sacar una primera conclusión: perdió Joaquín Goyache. Y perdió, sobre todo, ante los dos candidatos que han demostrado ser mejores: Esther del Campo y Jesús Pérez Gil, que fueron los claros vencedores.

Goyache, el rector de pandemia

El rector-candidato volvió a encontrarse con un debate que no esperaba y volvió a refugiarse en el año de pandemia para justificar las sombras y las carencias de su gestión. Craso error. Si en el debate sectorial sobre estudiantes ya fracasó con esa estrategia, pero salvo los muebles, ayer con un esquema que si permitía la interacción entre candidatos/as naufragó. Y es que, el tremendo golpe que sufrimos todos con el confinamiento forzoso y el cierre de la Complutense, no puede esgrimirse como el origen de todo y la razón de todo. Pero es que, además, tampoco su gestión de esta inmensa crisis (un año largo de funcionamiento de difícil supervivencia de nuestra universidad), le valió para nada en este debate. El rector en funciones se quedó atónito, visiblemente desconcertado, cuando Esther del Campo, sentada a su lado le espetó: “los decanos nos sentimos solos” y siguió diciendo que si se le pregunta a los decanos, si se les pide que levanten la mano los que se sintieron abandonados por el rectorado, lo harán los veintiséis. Javier Arias, el otro decano en ejercicio que se presenta a estas elecciones, suscribió las tesis de su colega de Políticas y Sociología. Goyache se hundió. El candidato-rector que ha pretendido capitalizar la gestión de la pandemia, acababa de quedarse con los pies en el aire.

Esther del Campo, por fin, al ataque.

La decana llevaba el debate muy bien preparado y, esta vez, no tuvo problemas con el tiempo, ni se le quedó nada en el tintero como le había pasado en los debates anteriores, sobre todo en el de estudiantes. Desde el comienzo de la campaña, la habíamos visto contraponer su independencia y su gestión en Somosaguas a la propaganda del rector en funciones, pero muchas veces le faltó mordiente. Ayer fue todo lo contrario. Cada intervención suya fue un martillazo para Goyache, en cada uno de los cuatro bloques temáticos: PAS, PDI, financiación e infraetructuras.

Del Campo dirigió sus intervenciones contra él, desmontado sus argumentos y cuestionando los datos que esgrimía para defender su gestión y proclamar sus éxitos. Todo aquello que le hemos oído al rector-candidato en los otros debates y que le hemos leído en su programa y en sus mensajes a los electores, se derrumbó como un castillo de naipes. Cada “y esto no es verdad rector…”, cada “mire rector..” martillearon a Goyache durante las casi tres horas que duró el debate.

La fuerza de Pérez Gil

El catedrático de Biológicas, no le fue a la zaga a su colega de Políticas y Sociología. Con una gran preparación previa y con la seguridad que acostumbra, Jesús Pérez Gil confirmó que no es un outsider en estas elecciones. No se dirigió directamente a Goyache y dejó que sus ideas programáticas y su propuesta de medidas concretas, contrastasen con las del vendedor de humo en se ha transformado el rector-candidato. Pero estuvo brillante, además, en desmontar el mantra goyachista de estos días, según el cual en 2019 estábamos mal y a lo largo  de estos años, con la pandemia de por medio, hemos ido mejorando. Y lo estuvo, porque no se paró ahí. Como ya hizo en el debate de estudiantes de ayer, interpeló a los candidatos y candidatas que han tenido responsabilidades rectorales de gestión en los últimos doce años: Matilde Carlón, María Castro e Iñaqui López. Fue rotundo: ¿cómo os presentáis aquí diciendo que queréis ser rectores para hacerlo mejor, si antes lo habéis hecho mal? Simplificó de golpe el número de candidatos con fuerza moral para reclamarse como buenos postulantes al rectorado. Lo hizo como acostumbra con datos contundentes sobre el declive constante de la Complutense, en todos lo sectores, en todos los rubros. Su figura se agigantó.

Los convidados de piedra

El resto de los candidatos, que no modificaron un ápice su manera de actuar en la campaña y en los debates anteriores palidecieron ante la energía de del Campo y la fuerza traquila de Pérez Gil. Iñaqui López, quedó como el candidato suplente de Goyache, sobre todo cuando llegó la hora de hablar de financiación, porque él ha sido el vicerrector de asuntos económicos hasta su no aclarada dimisión en medio del Caso Ayuso. Matilde Carlón, con su constante latiguillo que le hace terminar todas sus frases con un ¿No?, siguió erre que erre con su Despierta Complutense, que tiene el efecto milagroso de dormir a las ovejas. María Castro, que se trabajó bien el programa, parecía lejana, casi ausente y empleó un tono de directora de instituto en una reunión de la AMPA. Josefa Isasi, leyendo siempre, tan encantada de conocerse así misma con su manual, bajo el brazo, de todo lo he hecho bien, todo lo haré mejor que vosotros, porque Isasi es Así. Y Javier Arias, sumergido en sus papeles, que ya no se, si son textos para un discurso o un libro de salmos. Sin embargo, todos ellos, no podían hacer tras cosa, dejaron sus puyitas contra la gestión de Goyache.

El líder de a lo mejor no pasó a la segunda vuelta-

El rector-candidato no pudo más y estalló. De forma controlada, pero estalló. Pareció el líder populista que sale al balcón a ser aclamado por los ciudadanos que se agolpan en la plaza, y al ver que estos no le vitorean sino que le exigen que se vaya, entra en shock  y se pregunta ¿pero cómo pueden hacerme esto a mi que me desvelo por la patria? Visiblemente molesto les dijo a sus compañeros de debate que, teniendo todo el derecho del mundo a presentarse, habían sido tan malos con él, que lo mismo se quedaba por e camino y no pasaba a la segunda vuelta. El sempiterno optimismo de Goyache había desaparecido.

Dos grandes proyectos y cinco talonarios de recetas

Tras el debate de ayer, aquí hay dos proyectos sólidos que ilusionan. Tengo que reconocer que yo había minusvalorado al profesor Pérez Gil. Al tomar la decisión, que mantengo, de votar por una mujer y elegir de entre ellas a la decana de Ciencias Políticas y Sociología, no le presté la debida atención a un proyecto que tiene de largo, lo que yo le había negado: un impulso ético de transformación de la sociedad desde la universidad. Reconozco mi error, aunque mi opción personal sigue siendo Esther del Campo. Con el paso de los días pude ir comprobando lo bien organizada que estaba su campaña y, sobre todo leer el proyecto con atención complementado por un espléndido artículo en Tribuna Complutense y una maravillosa columna de opinión en Infolibre. El proyecto de Jesús Pérez Gil conecta con el espíritu de Giner de los Ríos y de la Institución Libre de Enseñanza, como pude comprobar en un intercambio de mensajes con su equipo de Futuro Complutense. Palabas mayores.

El proyecto de Esther del Campo está más en línea con los valores de la izquierda tradicional y de las nuevas formas que ésta ha ido adoptando en todo el mundo desde comienzos de este siglo. Es un proyecto hecho desde abajo, que lleva a la candidata a su Compromiso Complutense. En muchas de las medidas propuestas la base está en la experiencia acumulada durante años en la gestión universitaria y en la docencia comprometida con la igualdad, la diversidad y la sostenibilidad en la que lo primero de todo son las perdonas. Es el humanismo de la izquierda transformadora, aquella en la que late la frase de viejo Marx: la función de la filosofía no es interpretar el mundo sino transformarlo. Me identifico con esos valores, trasladados luego al campo de lo real con una panoplia de propuestas concretas, sector por sector, en perfecta coherencia con los grandes ideales que las inspiran. Me identifico con esos valores. Voy a votar por esos valores.

¿Qué pasa con el resto de los candidatos? Dicho sea, con todo respeto a mis compañeros catedráticos, han presentado, según avanzaba la campaña, un conjunto de medidas programáticas que tiene más de recetas ad hoc, buscadas, compiladas y presentadas para estas elecciones, que de un verdadero programa de acción para renovar la Complutense. Y esto se vio con claridad en el debate de ayer.

Ante el día 21 de marzo

El debate sobre el que hoy he escrito, va a tener su peso en las votaciones del próximo martes. Pero, cuidado, porque no es definitivo ni mucho menos. A pesar de su derrota nítida en el día de ayer, Joaquín Goyache sigue contando con muchos apoyos y puede batirse en retirada ordenadamente, No se olvide que participa en estas elecciones desde el poder, que son muchos los que le deben sus cargos o sus privilegios y que, tocando a rebato, puede concentrar el voto de quienes piensan que es el mal menor frente a las propuestas rupturistas de Esther del Campo y Jesús Pérez Gil o el regreso del  andradismo de Matilde Carlón y/o de María Castro. Tampoco nos olvidemos, lectores, de la impronta conservadora de la Complutense. En cualquier caso, D. Joaquín y todos sus votantes cuentan con mi aprecio y mi respeto. Yo no reparto carnés de buenos complutenses. Todas las opciones son lícitas.

El resultado el día 21. A las urnas, complutenses.

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