IDEARIO

CRITICOM, parte de la conocida cita de Quevedo que puede leerse en la imagen que acompaña al texto. Aquí anuncio que no voy a guardar silencio a pesar de las amenazas de que me calle, o de que puedo morir en el intento. Los destinatarios de los post de este blog podrán indicarme a mí y a todos los que a este proyecto se incorporen que nos callemos. Podrán indicarnos silencio o, acaso, medidas punitivas si no lo hago, si no lo hacemos. CRITICOM nace con un espíritu valiente, para decir lo que se siente, sin miedo. Pero, al contario que Quevedo no creo, no creemos, que ya no exista en el mundo periodístico y en el académico, el miedo a ser castigado por alguien con más poder, solo por decir la verdad. Porque, a pesar de que, formalmente, las libertades de opinión, de expresión, de crítica, existen, estamos ensartados en la limpia república verbal de lo políticamente correcto.

El mundo periodístico, por extensión las industrias que se dedican de modo específico a los medios de comunicación, están cada vez más concentradas y los actores dominantes en cada una de esas industrias de medios son, cada vez más, empresas subsidiarias de enormes conglomerados globales cuyos interese de poder cercenan, cada vez de forma más abierta, la libertad de los periodistas para cumplir con su misión: decir la verdad. El sueño liberal de los medios de comunicación como perro guardián de las libertades se desvanece y se evidencia la contradicción entre ese rol de servicio al ciudadano y la base económica de la propiedad privada.

En el mundo universitario, se está abandonando su papel, otrora central, de dotar a los estudiantes de habilidades que son necesarias para mantener vivas las democracias. Se está imponiendo un modelo de universidad gerencial, en el que se forman máquinas útiles para los intereses corporativos, no ciudadanos que puedan pensar por sí mismos. Estamos ante el saqueo y la liquidación por derribo de las universidades públicas, sin que ningún gobernante mueva un dedo para impedirlo, y sin que una buena parte de los rectores universitarios, incluso una parte no despreciable del profesorado, se resistan lo más mínimo, a este diseño ideológico de un sistema universitario al servicio de corporaciones privadas e intereses financieros.

Este es el Ideario CRITICOM. Por una universidad que enseñe a dudar, porque la duda conduce a la crítica y a la búsqueda de la verdad. Por un periodismo que no persiga la objetividad sino publicar lo que alguien no quiere que se publique y hacerlo desde el compromiso ético con lo verdadero. Nada más, ¡nada menos!