
Por Fernando Quirós
Las universidades privadas han dejado de ser meras instituciones educativas para convertirse en un negocio altamente rentable, dominado por fondos de inversión y organizaciones religiosas. Fondos como Permira, EQT, CVC y Portobello han protagonizado operaciones millonarias, algunas valoradas en más de 2.000 millones de euros, mientras que la Iglesia católica, a través de los Jesuitas, el Opus Dei y la Asociación Católica de Propagandistas, sigue controlando una parte significativa del sector.
Este mercado, que genera 3.700 millones de euros, ha crecido aceleradamente, impulsado por la proliferación de nuevas universidades privadas. Sin embargo, lejos de representar una diversificación del panorama educativo, la mayoría de estas instituciones están gestionadas por fundaciones religiosas, perpetuando una estructura de poder que combina educación, ideología y negocio.

Fondos de inversión: la educación como mercancía
La irrupción de los fondos en el sector universitario es reciente, pero su interés ha crecido rápidamente. Ejemplo de ello es Permira, que adquirió la Universidad Europea de Madrid y en 2024 vendió el 60% al grupo sueco EQT. Otras grandes operaciones incluyen:
- CVC, que compró el 70% de la Universidad Alfonso X El Sabio en 2019 por 630 millones de euros.
- Sofina y Portobello Capital, que adquirieron el 24% de Proeduca, grupo detrás de la Universidad Internacional de La Rioja, valorando la compañía en 1.400 millones de euros.
El atractivo de este mercado radica en su alta rentabilidad y resistencia a las crisis económicas, convirtiendo la educación en un producto financiero más.
La influencia de la Iglesia: educación y adoctrinamiento
A pesar de la creciente presencia de fondos de inversión, el control del sector sigue en manos de la Iglesia católica, que mantiene una fuerte influencia sobre la educación superior privada en España. Entre los principales grupos religiosos destacan:
- Jesuitas: Universidades Pontificia de Comillas, Deusto, Loyola y ESADE.
- Opus Dei: Universidad de Navarra y Universitat Internacional de Catalunya.
- Asociación Católica de Propagandistas: Universidades CEU San Pablo, CEU Cardenal Herrera, Abat Oliba CEU y Fernando III.
- Legionarios de Cristo: Universidad Francisco de Vitoria, parte de la Red Internacional de Universidades del Regnum Christi.
- Camino Neocatecumenal: Relación con la Universidad Francisco de Vitoria y afinidad con la Universidad Católica de Murcia (UCAM).
Este dominio religioso sobre la educación superior plantea dudas sobre la pluralidad ideológica y la independencia académica de estas instituciones.
Madrid: epicentro del modelo privado y el declive de la universidad pública
La Comunidad de Madrid se ha convertido en el principal bastión de la educación privada en España, concentrando un número significativo de universidades gestionadas por grupos religiosos y fondos de inversión. La región ha sido especialmente atractiva para la expansión de instituciones vinculadas a la Iglesia, como la Universidad Francisco de Vitoria (Legionarios de Cristo), la Universidad CEU San Pablo (Asociación Católica de Propagandistas) y la Universidad Villanueva (Opus Dei).
Además, Madrid ha sido el escenario de algunas de las mayores operaciones financieras en el sector, que ya hemos citado con anterioridad. . Este fenómeno responde a una política regional que ha favorecido la proliferación de universidades privadas, en un contexto donde la educación pública enfrenta presión presupuestaria y falta de inversión.
Mientras las universidades privadas crecen y se consolidan, las seis universidades públicas de Madrid atraviesan una crisis financiera que amenaza su sostenibilidad. La Universidad Complutense de Madrid, la más grande de España, enfrenta una situación crítica, con problemas de financiación que afectan desde el mantenimiento de sus instalaciones hasta la continuidad de grupos de investigación.
Los rectores de las universidades públicas han denunciado la infrafinanciación estructural, que ha supuesto un recorte del 34,9% desde 2009, dejando a cinco de las seis instituciones en números rojos o cerca de caer en ellos. La Comunidad de Madrid destina un 21% menos por estudiante que la media nacional, a pesar de ser la región con mayor renta per cápita.
El gobierno regional ha incrementado su aportación en un 4,2% para 2025, pero los rectores consideran que sigue siendo insuficiente para garantizar la calidad educativa y la estabilidad del sistema. La falta de inversión ha llevado a movilizaciones y huelgas por parte de docentes y estudiantes, que denuncian la precarización del profesorado, la reducción de asignaturas y la falta de recursos para investigación.
La expansión del modelo privado refuerza la brecha entre quienes pueden costear una educación universitaria y quienes dependen de un sistema público que, en muchos casos, se encuentra saturado y con recursos limitados.
El choque de modelos: el Gobierno central vs. las autonomías
Ante esta situación, el Gobierno de España ha anunciado medidas para limitar la proliferación de universidades privadas y endurecer los requisitos para su creación. Entre las principales acciones destacan:
- Endurecimiento de los criterios de autorización: Se reformará el Real Decreto 640/2021, que regula la creación y reconocimiento de universidades, para exigir estándares más rigurosos en calidad académica e infraestructura.
- Requisitos mínimos de estudiantes: Las nuevas universidades deberán garantizar al menos 4.500 alumnos en sus primeros cinco años de funcionamiento.
- Compromiso con la vivienda universitaria: Se exigirá que dispongan de al menos un 10% de plazas de alojamiento para estudiantes.
- Evaluación vinculante: Los informes de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA) y las agencias autonómicas serán vinculantes antes de autorizar la apertura de nuevos centros.
- Aprobación parlamentaria: La creación de nuevas universidades deberá ser aprobada por las Cortes Generales, lo que supone un mayor control político sobre su expansión.
Mientras el Gobierno central busca frenar la expansión de universidades privadas, comunidades como Madrid, Andalucía y Valencia han adoptado una postura opuesta, facilitando la creación de nuevos centros y flexibilizando los requisitos de calidad.
En Madrid, la presidenta Isabel Díaz Ayuso ha condenado la campaña del Gobierno contra la universidad privada, acusándolo de «asfixiar» a la educación superior y de querer imponer un modelo ideológico contrario a la libertad de elección.
En Andalucía, el gobierno autonómico ha solicitado una reunión urgente con el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades para debatir los nuevos requisitos impuestos por el Gobierno central.
En Valencia, el gobierno autonómico ha seguido una línea similar, permitiendo la expansión de universidades privadas y defendiendo la necesidad de un modelo mixto que combine oferta pública y privada.
Conclusión: un modelo de educación basado en negocio e influencia
El crecimiento de las universidades privadas en España, y especialmente en Madrid, no responde únicamente a una demanda educativa, sino a una lógica de poder y negocio, donde la educación se convierte en un activo financiero y un instrumento de influencia.
Mientras los fondos de inversión ven en el sector una oportunidad financiera con márgenes elevados, la Iglesia mantiene un control ideológico que condiciona la formación académica y la pluralidad del pensamiento.
La expansión de este modelo refuerza la brecha entre quienes pueden costear una educación privada y quienes dependen de un sistema público que, en muchos casos, se encuentra infrafinanciado y en crisis, mientras algunas comunidades autónomas siguen apostando por la liberalización del sector.

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