Elecciones en Ciencias de la Información (IV).

EL DECANO JORGE CLEMENTE Y SU JEFE DE COMUNICACIÓN CRISTOBAL FERNÁNDEZ

Por Fernando Quirós

Desde que arrancó la campaña electoral, vienen ocurriendo una serie de cosas que, si se las observa aisladas, pueden ser pequeñeces o simples casualidades. Sin embargo, si las ponemos todas juntas lo que aparece es una interferencia sostenida en la campaña con objeto de favorecer al sucesor designado. El que interfiere políticamente es el decano y su herramienta ejecutora, en casi todos los casos, el vicedecano de comunicación. La última, por el momento es la inminente convocatoria de la Junta de Facultad. Y ante todo ello, la Junta Electoral de Centro, si ha destacado por algo, es por su clamoroso silencio, cuando sus competencias están bien claras en el Reglamento Electoral de la UCM: toda la gestión del proceso es su competencia (art.3.2) y es su obligación garantizar el cumplimiento del principio de igualdad. Este principio se menciona en el reglamento como un criterio fundamental para asegurar la transparencia y objetividad de las elecciones (art.3.1). Y para todo lo no contemplado en este reglamento, el marco general de referencia debe ser la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG).

Vayamos a las interferencias, que no casualidades.

CONTRAPROGRAMANDO

La primera de estas interferencias fue la de contraprogramar el lanzamiento de una de las otras dos candidaturas. El día 23 de abril, el decanato programó a la misma hora que la candidatura que se presentaba, un acto calcado, actuaciones musicales en directo incluidas. Se alegó desde el equipo de gobierno que el acto estaba previsto por traslado de una fecha en la que no pudo realizarse. Pero, lo lógico, estando ya en campaña es que el acto hubiese sido programado en otro día.

INAUGURACIONES Y PROPAGANDA OFICIAL

Desde que se incorporó al  gobierno de la Facultad Cristóbal Fernández, primero como delegado de comunicación y luego como vicedecano con las mismas competencias, se ha practicado, por parte del equipo de gobierno, una política de autobombo, autoelogio e incluso,  de culto a la personalidad, en cada post en redes sociales y en cada link de la página web oficial, presentando un cuadro idílico de una facultad moderna, limpia, ordenada y dirigida por un equipo de gobierno, con un líder insustituible al frente. Todo para ocultar la pésima gestión académica y presentar, como se hacía en tiempos de Franco, un líder que no paraba de inaugurar obras públicas, en su titánica tarea de modernizar España. El gabinete de comunicación ha funcionado al modo en que funcionaba el NODO, donde el dictador no paraba de inaugurar pantanos

A partir de la fecha de convocatoria de las elecciones esta política ha llegado casi a los niveles de paroxismo de la autopropaganda de los fastos del 50º aniversario. Así ahora la Facultad ha incorporado nuevas rampas para mejorar la accesibilidad en las aulas; el Jardín Interior de la Facultad ha vuelto a abrir sus puertas; la Facultad cuenta con un nuevo baño inclusivo; se han renovado las jardineras y reemplazado las luminarias en el edificio principal y se han instalado cuatro nuevas fuentes de agua potable.

Son mejoras hechas a toda prisa y algunas son verdaderas chapuzas. Por ejemplo, el baño inclusivo tiene de novedoso tan sólo el cartel de la puerta y las cacareadas rampas son dignas de un taller de reparación de automóviles. La reapertura del patio central (ahora llamado jardín) son cuatro macetas y cuatro mesas y sillas de terraza de bar de barrio. Las jardineras y las luminarias llevaban meses sin renovarse…, pero ahí están realizadas y publicitadas.

Estas actividades son un signo de propaganda indirecta del sucesor designado, incluso si no está en la propaganda ni aparece en las fotos de los posts y de la web, porque es un vicedecano en ejercicio de sus funciones. Es un ejercicio de poder y de uso de las infraestructuras de la Facultad en beneficio de la candidatura promovida desde el decanato.

Aunque  el Reglamento Electoral no  prohíbe hacer inauguraciones en campaña electoral, ni propaganda de las mismas, debo recordar que el artículo  50.3 de la LOREG, dice: «Desde la convocatoria de elecciones y hasta la celebración de las mismas, queda prohibido cualquier acto organizado o financiado directa o indirectamente por los poderes públicos que contengan alusiones a las realizaciones o logros obtenidos…», lo que debería ser una fuente de referencia para mantenerse en una exquisita neutralidad institucional. Otra vez aparece el patrón decanal de comportamiento: si no lo prohíbe el reglamento, lo hago, aunque apeste a interferencia torticera en las elecciones..

Interferencia torticera o márquetin de guerrilla, por que una de las candidaturas propone actuaciones muy similares y eso era conocido por el equipo decanal desde el mismo día en que los candidatos se presentaron a las elecciones aportando su programa. Al poner en marcha y dar a conocer estas realizaciones en plena campaña electoral se ha dejado a la candidatura en cuestión sin la posibilidad de que esas medidas atraigan a los electores, sencillamente porque algo igual o muy parecido ya ha sido hecho por el equipo de gobierno en el que figura el Sr. Rubio.

CONCLUYENDO

En el artículo anterior dije que Jorge Clemente nunca ha respetado la neutralidad institucional. Ahora está favoreciendo que uno de los candidatos se sirva de los medios de la Facultad que son propiedad de todos y no del decanato, saltándose a la torera el principio de igualdad. Qué bien hubiese quedado que el decano saliente fuese el dinamizador principal de las elecciones, haciendo gala de neutralidad y equidistancia entre candidatos, promoviendo debates u organizando y movilizando a los electores para que acudan a votar en libertad y sin presiones ni ataduras. La verdad es que lo que quiere es prolongar estos tiempos In-Clementes con un candidato que pueda manejar. Incluso, dicen las malas lenguas, llegó a proponerse como vicedecano de su sucesor. Vamos, en versión libre de “Amanece que no es poco”: Decano, todos somos contingentes pero tú eres necesario.