
Por Fernando Quirós
El próximo día 27 tomará posesión, como rector de la Universidad Complutense, don Joaquín Goyache. Lo hará para un nuevo mandato de seis años, después de haber ganado con rotundidad las elecciones, pero tras la campaña electoral más sucia que se recuerda y con apoyos externos que, deseados (o no), buscados (o no), han sido decisivos para su reelección. El resultado no se puede discutir, pero lo apoyos externos sí, en tanto que suponen la injerencia de un gobierno de la CAM y del partido que lo sustenta, los cuales, sirviéndose de medios espurios y de sus terminales políticas internas han violentado el proceso electoral, arrojando sobre la Complutense la sospecha de que el reelegido rector podría no tener las manos libres para construir su equipo de gobierno.
Como cada vez que se produce una toma de posesión rectoral, la comunidad complutense anda revuelta y haciendo quinielas sobre quiénes formarán parte del equipo de gobierno del rector recién elegido y, más allá de los nombres, los futuros nombramientos (quién entra, quién sale, a quién se premia y a quién se castiga sin despacho en el rectorado) nos darán indicios sobre algunas cosas importantes y certezas sobre otras, de lo que podemos esperar de este nuevo mandato de quién ha pilotado la nave desde 2019.
Es obvio que, tan indiscutible como el resultado de las elecciones, es el derecho del rector reelegido para confeccionar su equipo de gobierno, seleccionando para ello a las personas que, siguiendo su propio criterio, sean las mejores para desarrollar su programa y hacer frente a los importantes retos que la nueva Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU) nos plantea. Sin embargo y, teniendo presente cómo formó Goyache su equipo en 2019 y los acontecimientos recientes, la cuestión a plantearse ahora es si tiene las manos libres. En 2019 no las tuvo
LOS PACTOS DE 2019.
Para poder ganar a Carlos Andradas, pactó con Federico Morán Abad, cabeza visible del PP de Madrid en temas universitarios y, al mismo tiempo con la, digamos, izquierda complutense. Tuvo que aceptar la incorporación de vicerrectores como Juan Carlos Doadrio y José Ignacio López, así como nombrar para puestos de gestión muy importantes a reconocidos partidarios de ala más dura del Partido Popular, como Ana Quiroga, entronizada como todopoderosa Jefe de Gabinete. Por el otro lado, llegaron los vicerrectores y cargos cercanos a las siglas ubicadas a la izquierda del PSOE, además de una Secretaria General de la que, dicen sus detractores, ha ido siempre por libre. De este acuerdo, al que no es ajeno José Carrillo, tuvimos conocimiento después de haberse celebrado las elecciones. No supimos, hasta que la lista del equipo rectoral se hizo público, que Joaquín Goyache empezaba su mandato lastrado.
La marcha de este equipo fue renqueante, con idas, venidas, abandonos y vueltas en redondo, hasta que, cercanas ya las elecciones de 2023, sus amigos del Partido Popular provocaron la crisis. Así, en la mañana del día 24 de enero, asistimos al teatro del esperpento en la Facultad de Ciencias de la Información. El salón de actos del centro se convirtió de en el Callejón del Gato y allí se consumó el acto más anti universitario que he presenciado en mi carrera académica: la distinción como alumna ilustre de un personaje como Dª Isabel Díaz Ayuso que no es ilustre en nada, que no destaca en nada salvo en que encarna el trumpismo mentiroso y militante contra todo lo público, contra la ciencia, contra los derechos de las mujeres, contra el colectivo LGTB, etc… y Goyache estaba allí, presidiendo el acto y haciéndose responsable del nombramiento. Al día siguiente convocó las elecciones.

LOS APOYOS DE GOYACHE EN LAS ELECCIONES DE 2023
¿Cómo consiguió Joaquín Goyache ganar, cuando parecía tenerlo todo perdido? Desde luego, con apoyos internos muy lícitos que le llevaron a batir a Esther del Campo, en todos los sectores menos en uno. Pero también, con un apoyo externo político y mediático (deseado/buscado/acordado…. o no) que ha sido manifiestamente ilícito, con apoyos internos que debería haberse aclarado ya, o estar en fase de investigación reservada interna. En la entrada de este blog, correspondiente al día 19 de abril, ya escribí que desde el rectorado debería darse respuesta a cuestiones como estas: ¿Tuvo algún alto cargo complutense intervención en los incidentes de la jornada de reflexión y en la de la votación?; ¿Existe el audio de un alto cargo de la Complutense tal y como se ha publicado en El País?; ¿Envió algún decano complutense correos, desde su cuenta institucional presionando a sus profesores para que se votase a un candidato?: ¿Envió algún profesor correos mediante el campus virtual a sus alumnos para pedir el voto a un candidato?; ¿Intervino algún estudiante complutense en la petición ilegal del voto para algún candidato?. En la última sesión del Claustro Universitario (05 horas:12 minutos) el ex vicerrector Juan Antonio Tejada planteó este asunto sin obtener más respuesta que el desdén, casi la chulería, del rector y de la secretaria general. Mal camino. Mal talante y malos propósitos para iniciar un nuevo mandato.
LA MAÑANA DEL SEIS DE JUNIO y EL COMUNICADO A LOS DECANOS
El pasado martes, desde primera hora de la mañana, los grupos de WhatsApp empezaron a echar humo. Había crisis en el equipo rectoral. Circularon nombres, se habló de ceses y dimisiones. ¿Estaba Goyache remodelando su equipo antes de tomar posesión? Los nombres que circulaban, ¿aparecerían ipso facto en el BOUC? Se hablaba de tres vicerrectores de veterinaria, del mismo grupo de investigación del Rector, tres vicerrectores de Comercio y Turismo y tres de Derecho y uno de Ciencias de la Información y una nueva gerente general. Tras horas de incertidumbre y de especulaciones el rector, entrada la tarde, envió a los decanos un comunicado en el que quedaba claro que no se trataba de una crisis, sino de un anuncio parcial de la remodelación que se llevará a cabo después de la toma de posesión. De acuerdo con el comunicado se trata de una remodelación de equipo que afecta a la Gerencia, a la Secretaría General y a los Vicerrectorados de Ordenación Académica, Investigación y Transferencia y Relaciones Internacionales. Además de un vicerrectorado de nueva creación para el área de comunicación (que, al exceder del cupo, acudirá como invitado permanente a Consejo de Gobierno). En el texto, el rector informa a los decanos, de que habrá cambios en las delegaciones y en otras figuras que irá estableciendo poco a poco.

El comunicado proporciona los nombres. Sin embargo, la prudencia aconseja esperar a la formación definitiva del equipo de gobierno, tras la toma der posesión del día 27, para hacer un análisis del equipo llamado a regir la Complutense en este periodo de seis años que ahora se abre. No obstante, hay algo que llama poderosamente la atención y que apunta a que los relevos han traído también su punto de crisis del equipo, como es la salida de Javier Montero (cuya gestión ha sido ampliamente respaldada por el PDI permanente, si atendemos a los resultados electoral en ese sector) que se lleva a cabo con efectos inmediatos (el mismo martes, día 6) y la petición de Araceli Manjón, la secretaria general de que su cese lleva fecha del día 12 de junio).
Por otra parte, si observamos el reparto de vicerrectores entra las facultades la parte del león se la lleva Derecho con cuatro vicerrectores, seguida por Veterinaria con tres. Y, si observamos el talante ideológico-político y las trayectorias profesionales, el nuevo equipo rectoral daría un giro definitivo hacia el conservadurismo, despojándose de las personas más identificadas con José Carillo y con el talante progresista de Goyache, que algunos nos creímos en 2019. La pregunta que queda en el aire, de concretarse estos nombres, es ¿van a ser designados por criterio personal del rector atendiendo a su cualificación y acreditada experiencia en gestión universitaria? o ¿se están pagando los favores y apoyos internos y dando satisfacción al gobierno de la Comunidad de Madrid. ¿Tiene el rector las manos libres? La respuesta en unos días.


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