Homenaje a los alumnos antifranquistas que, en 1947, pintaron en la Facultad de Filosofía, «Viva la Universidad Libre»
En el acto participó la candidata a rectora Esther del Campo
Por Fernando Quirós
El pasado 20 de febrero tuvo lugar en la Facultad de Filosofía de la Complutense, un acto de homenaje a los estudiantes antifranquistas. Veo, complacido, que en él participó la profesora Esther Del Campo. En su programa electoral, dentro de sus compromisos encontramos lo siguiente: «Además de la movilidad y cooperación internacional, se incluye la promoción de las universidades como agentes clave del desarrollo local y territorial de cercanía. Por ello, es importante que la Universidad pueda ser un agente que pueda revertir las dinámicas de despoblación de algunos territorios; así como la importancia de promover iniciativas sobre memoria democrática como forma esencial de educación de las nuevas generaciones».
El homenaje
En el año 1947, tres miembros de la FUE escribieron los apellidos de Lorca, Machado y el nombre de Miguel Hernández en la fachada de la Universidad. También se inscribió el lema que se ha repetido en el acto de este lunes: “¡Viva la Universidad libre!”. Las consecuencias fueron terribles: estudiantes detenidos, condenados a prisión y exiliados durante muchos años. Entre ellos estaban Nicolás Sánchez Albornoz y Albina Pérez, los dos miembros de la FUE vivos. Ambos participaron en el acto de la Facultad de Filosofía. Asistió también Maruja Lamana, hija de otro represaliado, Manuel Lamana.
Dejó aquí, lectores, el video del acto. Merece la pena dedicar un rato a verlo y a recordar nuestra historia, porque, como dijo Maruja Lamana, estos alumnos que se jugaron la vida por la libertad, SÍ que son alumnos ilustres.
Más allá de lo emotivo del acto, lo importante de esta celebración, es que se trata de un acto de recuperación de la memoria democrática, celebrado en nuestra Complutense, que debe dar un paso más y crear aulas permanentes sobre este asunto capital, en unos momentos en que han vuelto a florecer ideas y políticas que, atacando primero, a la II República española, pasan inmediatamente a cuestionar nuestro sistema democrático. No está de más recordar que el partido Popular se ha negado a condenar el golpe de estado de 1936 y a la dictadura que aplastó las libertades democráticas y que su socio Vox, no es que no condene el franquismo, es que lo añora y lo predica.
La guerra terminó en 1939, pero el régimen impuesto por el general Franco, con apoyo de los económicamente poderosos y de la Iglesia Católica, (que se resiste todavía hoy a reparar su criminal declaración del alzamiento fascista, como “cruzada”), se prolongó hasta la muerte del dictador. Recordemos, además, lo que dijo Laura García Lorca de los Ríos, descendiente del catedrático y familia del poeta en otro acto de reparación y homenaje, a cinco rectores represaliados, de la Universidad Complutense, en diciembre de 2021: «El exilio fue la última circunstancia compartida por todos estos profesores, desde donde trabajaron para recuperar la España que se había truncado en plena construcción y siguieron en su tarea de siempre: la enseñanza».
En ese mismo acto, nuestra secretaria general, profesora Aracelí Manjón, recordó: «Todos ellos fueron depurados y separados definitivamente del servicio por el régimen franquista en 1939 (…). En las órdenes franquistas por las que se les apartaba de sus puestos y se les castigaba: (…) “se expresaban de forma inmotivada y genérica que las separaciones se decretaban por desafección al nuevo régimen, sus actuaciones en las zonas de dominación marxista o por su pertinaz política antiespañola antes del glorioso Movimiento Nacional», (…). Dejo el enlace de acceso a la grabación de este acto: https://youtu.be/-xdUO3m_ulQ
El mundo académico fue uno de los más represaliados, primero y reprimido, luego, durante toda la dictadura, en todos sus niveles. Desde la escuela básica a la universidad, las plantillas docentes fueron purgadas y muchísimos profesores sufrieron, además de la pérdida de sus puestos, la prisión y el exilio. Con ellos tenemos todos una deuda y una obligación moral de recordar y enseñara nuestros estudiantes que la libertad hay que defenderla todos los días y que desde nuestra privilegiada plataforma que es la Universidad Complutense, debemos transmitir estos mensajes a la sociedad. Y si por eso nos dicen que queremos politizar la universidad, respondamos con toda tranquilidad y al tiempo con toda nuestra energía: POR SUPUESTO.
La represión en la Universidad Complutense
De los 128 catedráticos que había en 1936, fueron sancionados el 44 por ciento. En profesores auxiliares y ayudantes la represalia fue del 50 por ciento. Contando todas las formas de represión en estos cuerpos, desde la separación al fusilamiento, se contabilizan 486 represaliados en la Universidad Central, (hoy la Universidad Complutense). En la columna de la derecha, los rectores represaliados y sus enlaces a la web de la Complutense donde se les recuerda
Ellos fueron los catedráticos más ilustres y conocidos, represaliados durante los primeros años de la posguerra civil. Pero, no con ello cesó la represión. En 1965, por apoyar una revuelta estudiantil, fueron expulsados los catedráticos complutenses José Luís López Aranguren y Agustín García Calvo y Enrique Tierno Galván, de la universidad de Salamanca. Otros catedráticos de la propia UCM y de otras universidades fueron sancionados por manifestar con su solidaridad con los expulsados.

López Aranguren, escribió entonces una memorable carta a sus estudiantes de 4ª de Filosofía de la Complutense, que se conserva en la Memoria del Archivo de la UCM
Con la llegada de la democracia, en 1976, cuando fue rehabilitado y reincorporado a su cátedra, quien esto escribe era estudiante de primero de Periodismo. En esos momentos, el edificio de Filosofía B, donde se encuentra hoy la Facultad de Historia, había sido desalojado porque el peso de su biblioteca, instalada en las plantas superiores, hacía que amenazas su derrumbe. López Aranguren dijo entonces: “los edificios construidos durante el franquismo son como su régimen, nos soportan el peso de los libros”.
Nuestro mensaje
Termino glosando las palabras de Manuel Castells en el acto de reparación a los cinco rectores represaliados, celebrado en 2021. “La memoria no puede ser solamente nostalgia. La memoria nos permite aprender lecciones de la historia mirando al futuro. La gran elección es que a través de los tiempos, la universidad, institución milenaria siempre ha sido espacio de libertad, porque sin espíritu crítico no hay progreso intelectual ni científico, ni en las letras ni en las ciencias, ni en la sociedad. El espíritu crítico es lo que mas corroe a las estructuras totalitarias y de destrucción de la humanidad. Es también espacio de tolerancia. Y el principal mensaje que debemos transmitir desde la universidad, porque, es aquí, que desde la crítica y la tolerancia formamos a las nuevas generaciones, recuperando la memoria de lo atroz para hacer realidad nuestro nunca jamás”.
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PALABRAS DE ESTHER DEL CAMPO
LA VERGÜENZA DEL ARCO DE LA VICTORIA
A la Ciudad Universitaria se accede por la Avenida de la Memoria que, hasta hace muy poco era la Avenida de la Victoria. Reparación a medias. El arco sigue en pie y con él sus dos inscripciones en honor de los sublevados contra el gobierno legítimo.

Fundado por la generosidad del Rey, restaurado por el Caudillo de los españoles,
el templo de los estudios matritenses
florece bajo la mirada de Dios

A los ejércitos aquí victoriosos/la inteligencia, que siempre es vencedora/da y dedicó este monumento.

LOS CINCO RECTORES





LOS «GRISES» EN LA CIUDAD UNIVERSITARIA












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